Todos los niños de la primera infancia participan en sesiones semanales de Desarrollo Físico (PD), cuidadosamente diseñadas para mejorar sus habilidades motoras gruesas. Estas sesiones van más allá del juego activo; ayudan a los niños a desarrollar fuerza, coordinación y conciencia espacial mediante actividades planificadas con precisión. El desarrollo físico en esta etapa es crucial para la salud general, mejorar el equilibrio y la postura, e incluso potenciar el desarrollo cognitivo. A través de ejercicios atractivos y desafíos divertidos, los niños no solo desarrollan sus habilidades físicas, sino que también ganan confianza, resiliencia y una actitud positiva hacia la actividad física, beneficios que los acompañarán toda la vida.